¿Cuáles considera que han sido los 3 principales eventos que han ocasionado crisis en nuestra Seguridad Social y cuáles mecanismos se pueden implementar para minimizar el riesgo?

 Costa Rica tiene grandes desafíos a nivel de seguridad social. En primera instancia contamos con uno de los procesos de envejecimiento más acelerados de América Latina ya que la expectativa de vida ha aumentado y la tasa de fecundidad ha disminuido. Este hecho ocasiona un aumento en personas pensionadas y menores cotizantes donde se muestra un desequilibrio en el soporte ya que hay menos trabajadores activos, afectando la cobertura universal. 

El IVM es el primer pilar más importante en cuando a cantidad de afiliados donde la suficiencia es otro problema que enfrenta la seguridad social en relación al monto del beneficio, la cual según la OIT debería representar al menos un reemplazo del 40% del salario del trabajador. La reserva no es suficiente para el pago de pensiones que se otorgan y hay una importante dependencia de la recaudación de cotizaciones para hacer frente a los compromisos con sus pensionados; es decir, para que no se tenga que intervenir en los intereses de dicha reserva debe haber alrededor de 7 cotizantes por pensionado sin embargo hay una tendencia a descender dicho número debido a la gran cantidad de personas que se encuentran ingresando al sector pasivo. Nos encontramos ante un sistema de pensiones generoso y con un alto déficit financiero donde parte de la población mayor no se encuentra cubierta por una pensión con incidencia a la pobreza. 

Referente al punto anterior aparece un tercer problema que es la sostenibilidad de los regímenes de pensiones donde el más vulnerable es el IVM al no ser sostenible debido a su estructura financiera versus los beneficios que promete. Esta financiación como se indicó en los puntos anteriores es pagada por la población activa que ha venido reduciendo en comparación con el envejecimiento y la informalidad. La reforma que se escoge es aumentar las cotizaciones por parte del Estado, trabajadores y patronos, sin embargo, esta puede incentivar a que haya una menor cobertura, ya que no estarán dispuestos a pagar altas cargas sociales. A esto se le suma la crisis económica y eventos como la pandemia donde gran parte de la población formal quedó inactiva generando menos ingresos y la capacidad de satisfacer las necesidades básicas, 

En definitiva, no se debe tomar la propuesta de aumentar las cargas sociales, por el contrario, debería pensarse en una reforma que integre el sistema contributivo y no contributivo, mediante el cual el estado brinde una pensión básica a toda la población y replantear el modelo de financiamiento con impuestos generales. Debe haber un cambio regulatorio para que haya una mayor diversificación de inversiones de los fondos de pensiones y promover la importancia de los ahorros voluntarios con base en contribuciones basadas en el consumo para complementar las que se cargan sobre el ingreso. Debe haber una mayor educación sobre la seguridad social y sus beneficios para crear confianza en el sistema.